Tratamiento de la adicción a la benzodiacepina

Las benzodiacepinas

Desde la antigüedad, los humanos han buscado constantemente medios para curar la depresión, el dolor del alma, el insomnio, los ataques de pánico y los trastornos obsesivos. Por eso es que, a través de la historia, la gente ha consumido alcohol, sales de bromo y derivados del ácido barbitúrico. A mediados de la década de los 60' se sintetizó un nuevo grupo de medicamentos, llamado benzodiacepinas, y desde entonces los mismos han sido ampliamente utilizados en la medicina moderna.

Las benzodiacepinas, tranquilizantes y ansiolíticos son medicamentos sumamente útiles.

Los anestesiólogos incluyen frecuentemente benzodiacepinas en los preparados anestésicos. De hecho, las benzodiacepinas son el componente esencial de los protocolos modernos de anestesia. Las benzodiacepinas protegen fiablemente el corazón de los niveles elevados de adrenalina y por eso son ampliamente utilizados en la cardiología. Las benzodiacepinas son también muy eficaces para el tratamiento y la profilaxis de los ataques epilépticos. La aparición de las benzodiacepinas ha permitido progresos significativos en el tratamiento de reacciones neuróticas, ataques de pánico, insomnio, tics y trastornos obsesivos.

Las benzodiacepinas son sumamente eficaces. Es suficiente tomar una o dos pastillas para aliviar la ansiedad, las preocupaciones, el miedo, las palpitaciones, la sensación de falta de aire, etc. El problema es que tan pronto como se disipa el efecto de las benzodiacepinas, reaparecen todos los síntomas desagradables de los problemas sin resolver.   Todos sabemos que los analgésicos nos pueden ayudar en caso de un dolor de muelas, pero no pueden reemplazar al dentista. Todos los tranquilizantes trabajan casi de la misma manera.   Mitigan los síntomas, alivian el dolor, pero no resuelven el problema ni eliminan la causa de la enfermedad.

La adicción a las benzodiacepinas

adicción a la benzodiazepinaEl drogadicto se siente seguro bajo la influencia de las drogas.   Él crea reservas de medicamentos en casa y en el trabajo. Cada vez que sale comprueba si tiene suficientes drogas, ya que la mera idea de quedarse sin drogas es causa de pánico. Esta condición se llama dependencia.

La necesidad de dosis cada vez mayores para alcanzar el efecto deseado y crear una condición de comodidad psicológica es un síntoma clave de cualquier adicción a las drogas. La adicción a las benzodiacepinas no es una excepción.   El consumo regular de benzodiacepinas estimula los mecanismos de protección de nuestro organismo. Un metabolismo acelerado apresura el proceso de eliminación de la droga. Por lo general, después de dos o tres semanas de consumir benzodiacepinas constantemente, la persona comienza a darse cuenta de que la droga que funcionaba muy bien antes no funciona adecuadamente ahora.   Naturalmente, para lograr el efecto deseable hay que aumentar la dosis. Comienza la carrera. El resultado es que incluso después de tomar una dosis de benzodiacepinas 5-10 veces superior a la recomendada, la persona no se siente bien.   Debido al aumento de la tolerancia, el consumidor recurre a benzodiacepinas de acción rápida, como: Alprazolam (Xanax), Midazolam (Dormikum, Flormidal) y Flunitrozepam (Somnobene, Rohypnol), lo cual es muy peligroso. Siempre existe la posibilidad de reactividad alterada, cuando los efectos de la droga pueden ser inesperados y fuera de control. Por ejemplo, después de tomar una gran dosis de sedantes, el adicto no puede dormir, sino que sufre de inquietud, agitación y pánico.

Consecuencias

Desafortunadamente, incluso después de un corto período de tiempo (3-4 meses de uso continuo), los efectos adversos de las benzodiacepinas adicción se vuelven evidentes. Nuevas características negativas, previamente desconocidas, se fijan en la personalidad del consumidor, convirtiéndose poco a poco en patrones de comportamiento estables.   No es raro que el adicto a las benzodiacepinas se vuelva cruel, agresivo e incapaz de controlar su comportamiento.

Existe un caso muy conocido en la práctica médica y jurídica cuando una mujer bajo la influencia de Halcion (grupo de las benzodiacepinas producido la compañía Upjohn) cometió el brutal asesinato de su madre durante una disputa doméstica, a pesar de que nunca había sido propensa a la agresión. Investigaciones médicas, psiquiátricas y farmacológicas detalladas han demostrado que su comportamiento se vio seriamente afectado por el fármaco Halcinon. Ella no podía controlarse a sí misma en el momento de cometer el delito. El medicamento fue retirado del mercado, después de que investigaciones extensas adicionales mostraron los mismos efectos desastrosos de Halcion en muchos otros casos similares.

Los síntomas y consecuencias de la adicción a las benzodiacepinas son: Deterioro de la memoria, disminución del estado de alerta y embotamiento emocional intercalado regularmente con estallidos ruidosos, trastornos del sueño, incluso insomnio insoportable, deterioro de la coordinación, temblor de las manos, incontinencia urinaria, sofocos, bochornos, ahogos cortos y frecuentes, arritmia, taquicardia y alto riesgo de ataques epilépticos.

Tratamiento de la adicción a las benzodiacepinas

El tratamiento con benzodiacepinas comienza con la recopilación de información sobre el paciente. El momento más importante del diagnóstico es averiguar la causa, por la cual el paciente recurrió al uso de las benzodiacepinas. Hay dos categorías de pacientes que sufren de adicción a las benzodiacepinas:

  • Pacientes con trastornos mentales y propensión a ataques de pánico, temores, neurosis, depresión, labilidad emocional, pero que nunca han tenido un problema de adicción a las drogas.
  • Los pacientes que tienen o han tenido experiencia con otras sustancias adictivas y usan las benzodiacepinas para intensificar el efecto de otras drogas y el alcohol o para reducir los síntomas de abstinencia de dichas sustancias. Los pacientes de este grupo se caracterizan frecuentemente por su inclinación a la drogadicción múltiple y, consecuentemente, al deterioro profundo de la personalidad y a graves trastornos de los órganos internos.

El estado físico del paciente puede ser evaluado mediante recuentos sanguíneos, pruebas bioquímicas, MRI y ECG.   Con la ayuda de EEG hemos detectado perturbaciones en la actividad bioeléctrica del cerebro.   Con la ayuda de escalas psicométricas, determinamos el nivel de ansiedad y depresión, el ansia por drogas, la capacidad de memoria y concentración, así como las funciones cognitivas del paciente.

Desde las primeras horas de hospitalización el paciente recibe una terapia dirigida a disminuir el síndrome de abstinencia. Por lo general, se necesitan 3-4 días de tratamiento con benzodiacepinas para darle al cerebro el tiempo necesario para "descansar" y crear una inhibición suficientemente profunda en las zonas perturbadas del cerebro. La terapia farmacológica eficaz, combinada con tecnología moderna en forma de Teapia Neuro-Eléctrica (N.E.T.), asegura el efecto terapéutico deseado. La terapia N.E.T. estimula la producción de endorfinas naturales y neurotransmisores inhibitorios.   El uso de medicamentos anticonvulsivos protege al paciente de posibles contracciones musculares, mioclonías y ataques epilépticos. Los neurometabólicos con componentes sedantes, los agonistas de GABA y las vitaminas aceleran la recuperación del sistema nervioso central. El uso de medicamentos con efecto hipnótico de diferentes grupos farmacológicos asegura un sueño de buena calidad.

La desintoxicación de benzodiacepinas tarda, por lo general, entre 7-10 días y le permite al paciente superar la dependencia física con seguridad y comodidad.

Una vez finalizada la desintoxicación, las medidas encaminadas a asegurar la estabilidad mental y reducir el ansia por benzodiacepinas, así como la terapia anti-recaídas, son de crucial importancia.   Las nuevas técnicas para normalizar la "tormenta" del mediador en el cerebro del paciente, tales como la terapia N.E.T. y la estimulación magnética profunda, contribuyen también a la recuperación.  Una vez estabilizado el estado del paciente, el mismo aprende a vivir sin "muletas" farmacológicas.   La terapia transpersonal y la hipnosis médica refuerzan el rechazo al uso de benzodiacepinas tanto a nivel consciente como subconsciente.

La fase de tratamiento ambulatorio consiste en la aplicación de nuestras recomendaciones: Cambios en el estilo de vida, prevención de situaciones provocadoras, terapia de mantenimiento y revisiones periódicas.

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